23 marzo 2011

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FOTOPERIODISMO
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Del INSTANTE FUGITIVO 
CAPTURADO PARA SIEMPRE...*
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MDLC, sitio oficial en Facebook.com
El martes 22 de marzo el Museo del Diario La Capital (MDLC) ofreció una charla con visita guiada a cargo de la reportera gráfica Celina Mutti Lovera sobre la muestra "FOCO", la cual estará vigente hasta el 27 de marzo inclusive. Con un promedio de entre 15 y 20 asistentes, la intimidad de la charla convocó a un diálogo mano a mano y casi exclusivo con una integrante del cuerpo de fotógrafos de La Capital que sale periódicamente a la calle en busca de la foto que será noticia. Calidez y frescura caracterizaron la velada.
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Al bajar al subsuelo donde se encuentra el Museo del Diario me topé con un grupo de gente dispersa que al parecer aguardaba lo mismo que yo: la llegada de Celina M. Lovera y el comienzo de la charla. Pasaron algunos minutos y nada ocurría, a excepción del ir y venir de una mujer que pasaba y repartía la revista de la muestra a los recién llegados. Mientras pensaba que la mujer podía ser Celina (tenía cara de Celina), observé a un trío compuesto de un hombre y dos mujeres que no paraban de conversar y reír. Me sorprendí al instante cuando una de ellas resultó ser la misma Celina Mutti Lovera. Había estado allí todo ese tiempo—en realidad apenas diez minutos—, inmiscuida entre sus futuros interlocutores como una más. Y así fue toda ella, la charla, la visita: lectores, sepan que detrás de las notas y cámaras de La Capital hay gente tan laburante como modesta. Y Lovera es una de ellos.

Foto por Celina Mutti Lovera,
del sitio oficial del MDLC en
Facebook.com
Mientras un fotógrafo registraba el momento y declaraba, entre risas, que lo habían "contratado para esto" ("esto", entiéndase sacar fotos durante el recorrido), Lovera dio comienzo a la charla en conjunto con la visita. Se colocó frente a un medio círculo de curiosos y expectantes asistentes, se presentó e introdujo a un par de colegas (entre ellos, Marcelo Bustamante) que de vez en cuando aparecían inmersos entre el público oyente con la mirada atenta pero un tanto tímidos.

Hacedores de La Capital a diario...
Los fotógrafos de La Capital trabajan desde las 8 de la mañana hasta las 12 de la noche, si bien Lovera explicó que tratan de no hacer turnos de más de 6 horas cada uno. 
Son nueve y dos: nueve en calle, que van y vienen en remisse, y dos que se encargan de editar, retocar y pulir las fotografías tomadas. Todos trabajan para todos los suplementos, y según la reportera a cargo de la charla, esto implica que las fotos que un fotoperiodista llega a tomar en su jornada laboral abarcan una diversidad de temáticas muy amplia: un mismo fotógrafo puede cubrir desde un policial hasta un partido de fútbol y luego fotografiar a un grupo de manifestantes; o bien cubrir un accidente automovilístico y una maratón, y luego una inundación e incluso un recital u obra de teatro, entre otros. Es decir que para el fotoperiodista, la rutina no es rutinaria, y lo que se ve hoy posiblemente no se vea mañana, y a su vez lo que se vea mañana no podrá enmarcarse dentro de un único tema exclusivamente. 
Lo que sí parece repetirse para el fotoperiodista en calle es la convivencia con el sobresalto, la acción y su adrenalina. Pero además, ese trajín diario con el que convive el reportero gráfico, el salir corriendo a cubrir una nota tiene sus ventajas. "Conocés la ciudad," contó Lovera en referencia a su propia experiencia, "la conocés de punta a punta."

Libertad de cámara
Asistentes a la charla, visitando la muestra.
Ante la pregunta de un oyente respecto de la libertad con la que suele trabajar el reportero con cámara en mano, Celina comentó que en el caso de los fotoperiodistas que trabajan para La Capital, son estos últimos quienes tienen la última palabra en cuanto a tomar o no una foto. "Si te dicen que no quieren foto, el diario te deja trabajar con bastante libertad," dijo Lovera. Sin embargo advirtió, casi descubriendo su propia ética profesional, que "cuando vienen y te dicen no queremos foto, es no foto". Y aquí ejemplificó con situaciones que ha experimentado y contó, a modo de anécdota, cómo se puede ilustrar un documento sin necesidad de mostrar rostros concretos. En el caso de un robo que le tocó cubrir en una ocasión, se encontró con una víctima que no quiso salir en la foto y entonces se le propuso que señalara el lugar del robo con el dedo índice. Ni bien el hombre lo hizo, ¡flash! La nota pudo ser debidamente ilustrada sin revelar la identidad de la víctima y todos contentos.

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CELINA M. LOVERA - UN PERFIL

"Lo digital nos cambió la vida."


Cuando uno tipea el nombre completo de Celina M. Lovera en Google los resultados abundan: se sabe que es reportera gráfica, que tiene una cuenta en Facebook y otra en Twitter, que trabaja para La Capital hace varios años, que en el 2008 dio una charla en el I.S.E.T Nº 18 y que en el 2010 expuso algunas de sus fotos junto a otros colegas en el CEC. Pero en ningún lado se dice lo accesible que es como profesional y como persona. Durante la charla del 22 de marzo en el MDLC, Celina no dejó de dar recomendaciones, aceptar sugerencias, solicitar preguntas, sonreír y hasta sonrojarse ante algún cumplido por sus fotos o al invitar a sus colegas a sumarse al debate.
FOCO: LA MUESTRA 
Para presentar el concepto de la muestra "FOCO", Lovera no se dio aires de ser más protagonista que ninguno de sus compañeros ni recurrió a definiciones estrafalarias o demasiado complejas. Simplemente explicó que "Foco" consiste en una "selección bastante subjetiva y personal" de las fotos sacadas por cada uno de los fotoperiodistas expositores a lo largo de su carrera en el diario. También aclaró que las fotos suelen datar de no muchos años atrás ya que, como ella misma explicó, la mayoría tendió a querer exponer aquello con lo que se sentía más conforme y satisfecho, y que, lógicamente, esas fotos suelen coincidir con sus trabajos más recientes. Las fotografías no tienen título; se exponen dos por fotógrafo (tres más en la proyección de una diapositiva) y el epígrafe que las acompaña denota sólo los créditos, es decir, fecha, lugar, sección, objeto y autor.
Observadores, durante la visita guiada
"DETRÁS DE CÁMARA" DE LOS FOTOPERIODISTAS DEL DIARIO LA CAPITAL
En cuanto a la metodología de trabajo y equipo, Celina contó que los fotógrafos son once en total: dos editan y nueve salen a la calle, handy en mano (valga la redundancia), mochila, cámara y cuatro ruedas que los trasladen de punta a punta de la ciudad según la nota a cubrir. En el caso de que se tenga que cubrir un policial al mismo tiempo que una entrevista a un músico, se prioriza el policial; y en los casos de los suplementos especiales (Mujer, Señales, etc.) Celina agregó que, por hacerse con mayor tiempo de anticipación, las fotos "se teatralizan más," ya sea con modelos profesionales o bien con conocidos que se presten a representar el papel necesario.
¿QUÉ SE HACE CON LAS FOTOS?
En palabras de Lovera, las fotos de cada fotógrafo se cargan en un mismo servidor que funciona como base de datos para el diario. Los créditos se mantienen, incluido el autor y un número que se le adjudica a la foto, pero en definitiva la totalidad de las fotos queda resguardada en una misma base.
¿CÓMO SE LLEGA A LA FOTO DE LA SEGUNDA PÁGINA?
La foto con la que comúnmente nos topamos ni bien damos vuelta la primera página del diario La Capital, a la izquierda, suele sacarse entre nota y nota. Los epígrafes están a cargo de los redactores, lo cual implica que a veces dichos epígrafes reflejan una visión un tanto distinta a la del fotógrafo que tomó la foto.
¿DIGITAL O ROLLO?
En la muestra se pueden visualizar fotos digitales y también algunas con rollo, según el momento histórico en el que fueron tomadas. Sin expresar preferencias en forma directa, Lovero no se jactó de decirlo: "Lo digital nos cambió la vida," y explicó que sobre todo para las fotos que se toman durante partidos jugados de noche en canchas locales, la cámara digital captura mucho mejor la luz. "Lo que importa es el fútbol. Vos tenés asegurada la tapa si juega Newells o juega Central."
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"Si la llevás escondida, te perdés la foto."
Durante una muestra de diapositivas, surgieron varias preguntas de interés respecto de cómo es trabajar con cámara en mano en medio de la inseguridad que se vive día a día en las calles de Rosario y el país.
"Si la llevás escondida, te perdés la foto," aclaró Celina con una sonrisa, en respuesta a la sugerencia de un asistente para disimular la tenencia de la cámara y así evitar el robo. 

Gustavo de los Ríos, reportero
gráfico de La Capital que se
sumó a la charla.
Aunque Lovera confesó que una vez le robaron el equipo, también dijo que las cámaras estaban aseguradas y que, por lo general e incluso en las zonas más inseguras, el trabajo del fotoperiodista es bastante respetado. Eso sí, si viene el reportero gráfico y la televisión después, Lovera confesó que, en su experiencia, los protagonistas del hecho suelen dar prioridad a las cámaras televisivas, preferidas porque capturan imágenes móviles que se emiten en segundos y que por lo tanto no quedan impresas o fijas en el diario.

"Nos respetan mucho porque le vamos a dar voz a gente que no tiene otra manera de hacerse escuchar," aclaró segura. "Generalmente la gente que te rodea o del barrio te cuida." Y a modo de anécdota con final feliz, Celina contó que una vez un adolescente le arrebató el handy de las manos y, la propia madre, que estaba al parecer presente, lo fue a buscar para que lo devolviera a su dueña.

Un cuestión de estética
Ya cerca del final de la charla la reportera gráfica hizo algunas recomendaciones útiles respecto de cómo ilustrar una nota y cómo no. En primer lugar, aconsejó no usar fotos que muestren exactamente lo mismo que denota el título. A esta sugerencia su colega, Gustavo de los Ríos, agregó que el lector cuando mira la foto busca algo más, quiere descubrir, ampliar los horizontes que propone el titular de la noticia: "La foto potencia la nota, suma," explicó.

Celina M. Lovera, junto a
Gustavo de los Ríos.
Por último, surgió como eje de debate la no intencionada superposición de labores entre periodista y fotógrafo. Los epígrafes corresponden al periodista o redactor, aclararon ambos sin recelo. Además, comentaron que se trata de trabajar en conjunto, fotógrafo y periodista juntos. Aunque ambos profesionales concurren al mismo lugar del hecho y cada uno desarrolla su tarea de forma individual y personal, Celina advirtió que muchas veces el fotógrafo ve detalles que pueden escapársele al periodista y que luego colaboran significativamente en la redacción. A su vez, suelen darse lo que de los Ríos y Lovera llamaron comúnmente "situaciones de emergencia", casos en los que un periodista se encuentra en el lugar del hecho antes que el fotógrafo llegue y, por necesidades de tiempo y cuestiones de prensa, es el mismo periodista quien acaba por tomar la foto que luego pasa a ser tapa de diario— incluso si se trata de fotos sacadas con celulares, movidas o no tan nítidas. Claro está, estos casos son excepciones a la regla, porque para cada nota existe un periodista redactor, y para cada nota no deja de haber un fotógrafo que la pincela con su toque artístico y su sexto sentido para la observación y el detalle.

Para quienes aún no la vieron, la muestra continúa vigente hasta el 27 de marzo en la sala de exposiciones del Museo del Diario La Capital (MDLC) y la entrada es libre y gratuita.

Recomendados:
www.fundacionlacapital.org.ar y www.museolacapital.org.ar 
"Convocatoria de MDLC para artistas jóvenes"

Sobre "FOCO" y anticipo de la charla

* El título de la nota presentada arriba corresponde a un fragmento de la frase incluida en la revista de la muestra "FOCO", extraída de la introducción de Hernán Lascano:
"[...] Probablemente la fascinación ante el misterio del instante fugitivo capturado para siempre. El primer triunfo de la fotografía es ese [...]"

















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