04 junio 2010

BICENTENARIO LÍRICO EN ROSARIO

Concierto de Cámara en el Castagnino

Eran las siete menos veinte del último domingo de mayo. Controlé el horario al que debía asistir al Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino antes de salir. ¿Qué asunto me ocupaba? Escuchar a un trío hacedor de música lírica que, a pesar del frío y del domingo a la tardecita, se presentaba con un repertorio de música lírica nacional excepcional.
Caminé desde los inicios del Boulevard Oroño hasta sus zonas más verdes, fronterizas ya, con el Parque Independencia. Me sorprendió la cantidad de gente que andaba saboreando el frío (por fin seco) que abrazaba hasta al más abrigado de los caminantes. Esa gente, osada, hasta había sacado a sus propios (pobres) perros a pasear. Los skaters, sin quedarse atrás, pasaban por San Juan y Oroño a toda velocidad.
Al llegar al Castagnino dudé respecto de si encontraría alguna cara conocida, pero enseguida me topé con dos compañeros de canto, y recibí aquel tributo que alguna vez mencionó Jane Austen en alguno de sus clásicos: el de la sonrisa, abierta y sin restricciones, que suele caracterizar el reconocimiento por parte de un par. Tomamos asiento los tres entre las últimas filas, y tuve el privilegio de quedar en medio de ambos—tuve, me atrevo a decir también, la desgracia de permanecer en aquella posición por el resto de la velada, con mi visión parcialmente vedada, pues el público que me antecedía obstruía el paso de mi retina hacia la imagen de la pianista (majestuosa) que acompañaba a las voces cantantes.
Repentinamente, las cantantes Alicia Caruso (Soprano) y María de los Ángeles Campora (Mezzosoprano) irrumpieron en el frente de la sala en planta baja con un dúo impactante (“Vidala” de Carlos López Buchardo), el primero de una serie de dúos que se sucedieron alternativamente junto a performances solistas. Ya desde el comienzo provocaron en todos los espectadores (estoy segura) esa sensación que acusa la buena música en la piel del más aguzado oyente: la piel de gallina. Todos los dúos, a decir verdad, fueron memorables, pues la riqueza de su armonía embelesó al público entero, quien respondía con un espíritu de entusiasmo moderado y siempre respetuoso.
El repertorio constó de una primera parte durante la cual cantaban, alternativamente, Alicia Caruso y María de los Ángeles Campora canciones como “Camino de plata” (Juan B. Massa) y “Copla” (Abraham Jurafsky), entre otras.
La segunda parte constó de una suerte de tributo a Carlos Guastavino realizado también por ambas cantantes en forma alternativa. La pianista Laura Brunetti, si bien ya venía acompañando con excelencia en la precisión a sus cantoras, alcanzó su punto máximo de esplendor al interpretar, con un fraseo admirable, al querido autor protagonista de esta segunda tanda. “¡Qué linda la madreselva!”, “Jardín antiguo”, “Cuando acaba de llover” y “Mi viña de Chapanay” constituyen cuatro de las nueve obras que dijeron presente durante la segunda parte.
“Alicia transmite mucho con la cara, transmite mucho lo que canta,” dijo Noelia (21), alumna de Alicia Caruso que está en 1º Año (Canto Lírico) en la Escuela Municipal de Música Juan B. Massa (Rosario). “Los dúos me encantaron. Fue la mejor parte de todo el repertorio. Es re lindo cómo armonizan dos voces distintas,” agregó Noelia con entusiasmo.
Sin lugar a dudas, tanto los dúos como los números solistas se llevaron sus merecidos aplausos por parte del público presente. Con todo, gracias a este honorable trío lírico local, la noche rosarina tuvo, para quienes asistieron a su presentación, una pizca de belleza artística que nos trasladó, siquiera por un rato, a aquellas salas de reuniones sociales privadas características de los siglos XVIII y XIX, a las cuales solía asistir sólo la elite privilegiada de la época.
No hay que olvidar que aun sigue en vigencia el bicentenario de la patria en este 2010, y mientras más se difundan esta clase de eventos y más gente asista, más estaremos apostando, grandes y chicos, a la cultura local, esa que a veces nos hace falta en medio de tanta globalización. Mayor será, así, el orgullo que nuestros antepasados sientan por nosotros, y nosotros, por nosotros mismos.

2 comentarios:

  1. me encantó el artículo, muy bien narrado! pude recorrer tus mismos pasos como te dije! estoy de acuerdo con el último párrafo, este artículo refleja una parte del bicentenario de Argentina que está en todos nuestros corazones !
    PD: muy bueno el blog, me gusta de qué se trata y en este artículo en especial me agrada la foto del comienzo también !

    ResponderBorrar
  2. gracias!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

    gracias por tomarte el tiempo de leerlo, sobre todo...

    ResponderBorrar

Si le ha interesado esta nota, ¡acerque su comentario a la autora!