17 octubre 2012

El bondi: ¿espacio de reflexión?

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-.Sin-TACTO.-

                                                     
Por *Pepe BONDI*
      Línea 153. SEÑOR que sube con la famosa TSC (tarjeta sin contacto) en la mano. La mira, la da vuelta. “Es fucsia", piensa. “Fucsia es color de mina”.
    Son las ocho de la mañana.

SEÑOR (meneando la cabeza). — Buen día.
(El Colectivero no contesta.)

SEÑOR (se le cae la tarjeta). — ¡La pucha, che! ¡Que será posible…! (Amaga con agacharse pero al mismo tiempo mira de reojo a la muchacha Adolescente que, cómodamente sentada, insípida, distraída, hace que mira por la ventanilla.)

SEÑOR. — Che, nena, ¿me alcanzás la tarjeta?

ADOLESCENTE. — (quitándose uno de los auriculares del MP3 de la oreja) ¿Eh?

SEÑOR. — Alcanzáme la tarjeta, ¿querés, nena?

COLECTIVERO. — Vamos marcando y pasando para atrás, por favor…

(La muchacha le entrega la tarjeta. El Señor la recibe con desconfianza y la mira como si fuera la primera vez que la ve. La da vuelta, la vuelve a mirar pensativo.)

SEÑOR (con la tarjeta en la mano, entrecerrando los ojos). — Che, ¿qué dice acá? (Se da vuelta y le tironea del saco al Joven de traje que lo mira con desdén) ¿Me decís lo que dice acá, pibe?

JOVEN DE TRAJE. — A ver, déjeme ver… (Pausa.) “Municipalidad de Rosario”, dice.

SEÑOR.— No, no, más arriba. Acá, ¿ves? Acá qué dice.

JOVEN DE TRAJE. — Hm… “Tarjeta sin contacto”, dice ahí.

SEÑOR. — (se queda mirando la tarjeta otra vez, atónito)

COLECTIVERO. — Vamos marcando los boletos…

(Una señora se cansa de esperar atrás del Señor. Larga un resoplido, le da un empujoncito al viejo y apoya con fuerza la TSC contra la etiqueta roja y blanca de la máquina.)

SEÑOR.— Espere, ¡espere! ¿No ve nada usted? ¿No ve que dice ”sin contacto”?

(La señora ni lo escucha, está preocupada por alzar los bolsones que trae de calle San Luis—acaba de comprar mil cosas al por mayor y ahora le preocupa encontrar un asiento *single* para que no la molesten.)

SEÑOR. — (está por marcar tarjeta pero viene un Hombre de atrás y le pasa el brazo por adelante) ¡Que son todos pelotudos, che! ¿No ven que dice “SIN—CONTACTO”? Manga de ignorantes deben ser...

HOMBRE DE ATRÁS. — Bueh, bueh… A ver si se corre, por favor…

SEÑOR. — Así somos, ¿eh? Así somos. Uno quiere hacerle un favor a la gente y no, no hay con qué darle. El boludo quiere ser boludo no más, ¿eh?  (El Hombre de atrás marca igual y pasa de largo.)

JOVEN DE TRAJE. — Señor, ¿me permite?

SEÑOR. — ¿Si te permito qué, pibe?

JOVEN DE TRAJE. — Marcar el…

SEÑOR. — ¿Pero no ves que es sin contacto, pibe? Si marcás sos igual de boludo que aquél ese de allá, y esa que se hace la mona. (Señala a la señora de las bolsas y al Hombre de atrás.)

JOVEN DE TRAJE (sonríe nervioso). — Está bien, señor, está bien… ¿Me deja pasar, por favor?

SEÑOR. — Será posible… Al final sos el más boludo de todos vos, pibe. Vos me lo leíste hace un rato, ¿o no fuiste vos?... Con esa cara de pelotu…

COLECTIVERO. — Si no quiere marcar, no marque, señor. Ahora sí, siéntese y deje marcar a los demás. Vamos, vamos, siéntese y deje marcar a los demás pasajeros.

SEÑOR. — “Siéntese, siéntese”. ¿Para qué querés que me siente, che? ¡Estamos todos locos, te digo! Me venden esta tarjeta que encima es bien de mina, que dice "sin contacto” y quieren que la ponga contra la maquinita esta y…! Así andamos, después, eh... Así estamos, che…

JOVEN DE TRAJE. — Le pido permiso…

SEÑOR. — Pedíme lo que quieras menos guita. Así decía mi nona…

(El Joven de traje marca su boleto. Se dispone a sentarse cuando el viejo se lo arranca de la mano.)

SEÑOR. — ¿Así que esto larga la maquinita? Mirá vos… ¿A ver, a ver qué dice? (Mofándose.) ¡Ah, claaa! La fecha, y sí. ‘Ta bien. Después no sabemos ni dónde estamos parados, ni en qué día vivimos... (Mirando al Joven de traje.) Igual, los días son todos iguales, pibe, una reverenda cagada.

JOVEN DE TRAJE. — Si me permite el boleto, señor…

SEÑOR. — A ver, 'perá... Acá dice "NORMAL". ¡Juaaaa, "NORMAL”! Che, pibe, ¡la maquinita te dice que sos “NORMAL”! (Le da una palmadita en la espalda.) Pobre pibe, con esa cara y normal, te dice… Mirá vos...

(El Joven de traje no dice nada pero tiene los cachetes rojos.)

COLECTIVERO. — (sonando autoritaria) Señor, ¡señor! Sí, usted. ¿Me oye bien? (Lo mira por el retrovisor.) Me escucha, ¿no? Siéntese. Usted, sí, sí, no se señale que ya está grande para estas cosas. Vamos, siéntese, hágame el favor. Vamos que tengo que arrancar yo.

SEÑOR. — (encogiéndose de hombros) Y arrancá, vos, ¿qué te hacés el galán mirándome por el espejo? Arrancá, dale. Andá que estoy apurado yo también. (Se sienta un momento. Se para. Se dirige a una mujer que está por marcar tarjeta.) No marque, mujer, no marque. Acá lo dice, ahora es sin contacto la cosa. Cambió hace poco, por eso… Los otros son todos unos ignorantes boludos que marcan igual. Pegan la cosa ahí y le dan derecho no más.

(La mujer se ríe, marca y pasa.)

SEÑOR. — Las mujeres son las peores al final… Y bueh… Che, mejor voy a probar yo también. A ver qué se siente ser tan boludo… (Saca de nuevo la tarjeta y está por presionarla contra la máquina cuando ve a una embarazada que acaba de subir.) Che, piba, vení. Marcá vos que estás con el bombo. (La joven lo mira.) Bueno, ahora sí, eh… A ver, ahí voy, eh... (Presiona la tarjeta contra la parte superior de la máquina. El colectivo entero está mirando. No pasa nada.) ¡Pero, che! ¡Será posible! Justo a mí… No larga más el papel esta máquina de porquería…

EMBARAZADA. — Es que va más abajo, señor.

SEÑOR. — Sí, más abajo, sí… Gracias, querida, gracias… ¿Qué estás, de seis vos?

COLECTIVERO. — Le voy a pedir que se baje, señor, ahora sí. Bájese, vamos, bájese.

SEÑOR. — Eeeeh, pero si no pasa nada… Voy a marcar, tranquilo, voy a marcar… (Presiona la tarjeta contra la etiqueta. Un láser rojo y brota el boleto.) Ya está, ya está… (Controla el boleto.) Sí. Dice “NORMAL”. (Mira el dorso de la tarjeta.) Che, ¿y esto qué es? ¿El número de quejas, eh? Ahora vas a ver, galán, voy a llamar, vas a ver... (Mira atrás y lo ve parado al Joven de traje. Le saca el celular de la mano y empieza a discar.)

JOVEN DE TRAJE. — Señor…

SEÑOR. — 'Peráte que ya termino… Dos, cuatro… Cero, cero, cero…

JOVEN DE TRAJE. — Eh, señor…

SEÑOR. — ¡Mierda que es largo este, eh!

JOVEN DE TRAJE. — Es que ese número no es…

SEÑOR. — Cobro revertido, debe ser. ¿Qué querés, que te pague la llamada? Ahora te la pago la llamada. Yo no sé, che, estos aparatos… Ayer el pibe del locutorio me dijo que le debía dos mangos. Dos mangos, ¿a vos te parece? No es nada dos mangos hoy en día. Dos mangos…

JOVEN DE TRAJE. — Ese no es un teléfono, señor. ¿Entiende?

SEÑOR. — ¿Ah, no? ¿Y cómo le decís vos a este aparatito? (Señala el celular que tiene en la mano.)

JOVEN DE TRAJE. — No, sí, eso sí es un teléfono. Yo le decía…

SEÑOR. — Sí, dale. Y te salió “NORMAL” a vos, andá…

JOVEN DE TRAJE. — Yo me refería…

SEÑOR. — Che, pará. ¿En qué calle estamos? ¿Santa Fe? ¿No es Santa Fe, ésta?

JOVEN DE TRAJE. — (mareado) Eh… Sí, sí, es Santa Fe.

SEÑOR. — Uh, me tenía que bajar acá, ¡qué pelota cuadrada! Todo por hablar con vos, pibe, ¿viste? ¡Eh, colectivero, eh! ¡Pare, pare! ¿No me escucha? ¡Pare, por favor, le digo, eh!

COLECTIVERO. — ¡Paro en la próxima!

SEÑOR. — Pero, será posible, che... ¡Ni respeto ya, ni eso! Así estamos después, así estamos…

COLECTIVERO. — (lo disfruta) Y hay que andar más atentos, señor… Esto no es un taxi, ¿sabe?

SEÑOR. — Reíte no más, vos, reíte de un viejo que podés… (Al Joven de traje.) Todo por hablar con vos, viste… (El Colectivero está llegando a calle Rioja.) Bueno, pibe. Un gusto igual, eh. Aunque no sé, yo que vos no le creo al boleto cuando te dice “NORMAL”. Bueh, qué se le va a hacer… Que andes bien, pibe… A ver… A ver… (Se acerca a la puerta delantera del colectivo, agarrándose como puede.)

JOVEN DE TRAJE. — ¿Quiere que lo ayude?

SEÑOR. — ¿Y a vos qué te parece? “NORMAL”, ¡pffff!

(El joven le presta el brazo y se vuelve a su asiento sintiendo que acaba de efectuar un acto heroico. “Ayudé al viejo loco a bajar. Nadie más se animó ni a tocarlo, salvo yo. Todos quedaron para el culo, pero yo fui todo un señorito inglés, ¡un caballero “extra-large”! (Ríe para sus adentros.) Y sí, la vida es una rueda, hoy por ti, mañana por… Me parece que hoy la engancho a la Mari. Hoy le compro flores o alguna de esas boludeces. Ya está, hoy me dice que sí para el casorio. Primavera, flores, buenas acciones… Un vinito… Mejor la voy a llamar. La voy a llamar así esta noche la invito a co—ay, ay, ay, el celular… ¡Pero la puta madre, viejo del orto, el celular! La recon... ¡No, no, no, no, no, no! Viejo choro, ¡me robó el celular! Las fotos, los contactos, ¡la puta que lo parió! Viejo choro, ¡mi celular! ¡Mi celular!)

JOVEN DE TRAJE. — ¡Ey, ey! ¡Pare, por favor! ¿No me escucha? ¡Pare, eh, pare le digo!

COLECTIVERO. —“Encima de gil, flor de pelotudo…” Bajáte vos, dale bajáte vos también, Frank Sinatra. (Frena, se levanta y lo agarra del traje.) Bajáte ahora mismo, te digo. Dale que llamo a la policía y los agarran a vos y a tu viejo, dale.

JOVEN DE TRAJE. — ¿Eh? ¿Qué, qué? ¡No era mi viejo, me robó el celular!

 COLECTIVERO. — Dale, dale… Te creés que no me dí cuenta… Bajáte ya mismo, Sinatra, ¡dale! (Lo saca del colectivo.) A ver si encima es contagioso…

(Pasajeros: Aplausos.)

-.TELÓN.-


6 comentarios:

  1. Absurdo pero tan real como la vida misma. Cada cosa puede pasar arriba de un colectivo... Es cuestión de subirse seguido y "dejarse llevar".

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  2. Genial. Como siempre, me encantó leerte, locurita. Estuve en ese colectivo ;)

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  3. ¡Muchas gracias, LBI! =) Me encanta tu seudónimo.

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  4. Que buena historia. Es cieto, siempre te encontrás con cualquier cosa en el colectivo jajajaja. Genia Delfi!!!

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  5. ¡Recién veo tu comentario, Lau! Gracias, se viene otro próximamente...

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