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-.Sin-TACTO.-
Por *Pepe BONDI*
Línea 153. SEÑOR que sube con
la famosa TSC (tarjeta sin contacto) en la mano. La mira, la da vuelta. “Es
fucsia", piensa. “Fucsia es color de mina”.
Son las ocho de la mañana.
SEÑOR (meneando
la cabeza). — Buen día.
(El
Colectivero no contesta.)
SEÑOR (se le cae la
tarjeta). — ¡La pucha, che! ¡Que será posible…! (Amaga con agacharse pero al mismo tiempo mira de reojo a la muchacha Adolescente
que, cómodamente sentada, insípida, distraída,
hace que mira por la ventanilla.)
SEÑOR. — Che, nena, ¿me alcanzás la tarjeta?
ADOLESCENTE.
— (quitándose uno de los auriculares del MP3 de la oreja) ¿Eh?
SEÑOR. — Alcanzáme la tarjeta, ¿querés, nena?
COLECTIVERO. — Vamos marcando y pasando para atrás, por favor…
(La muchacha le entrega la tarjeta. El Señor la recibe con desconfianza y la mira como
si fuera la primera vez que la ve. La da vuelta, la vuelve a mirar pensativo.)
SEÑOR (con la
tarjeta en la mano, entrecerrando los ojos). — Che, ¿qué dice acá? (Se da vuelta y le tironea del saco al Joven
de traje que lo mira con desdén) ¿Me
decís lo que dice acá, pibe?
JOVEN DE
TRAJE. — A ver, déjeme ver… (Pausa.) “Municipalidad de Rosario”,
dice.
SEÑOR.— No, no, más arriba. Acá, ¿ves? Acá qué dice.
JOVEN DE
TRAJE. — Hm… “Tarjeta sin
contacto”, dice ahí.
SEÑOR. — (se queda
mirando la tarjeta otra vez, atónito)
COLECTIVERO. — Vamos marcando los boletos…
(Una señora se cansa de esperar atrás del Señor. Larga un resoplido, le da un empujoncito
al viejo y apoya con fuerza la TSC
contra la etiqueta roja y blanca de la máquina.)
SEÑOR.— Espere, ¡espere! ¿No ve nada usted? ¿No ve que
dice ”sin contacto”?
(La señora ni lo escucha, está preocupada por
alzar los bolsones que trae de calle San Luis—acaba de comprar mil cosas al por
mayor y ahora le preocupa encontrar un asiento *single* para que no la molesten.)
SEÑOR. — (está por
marcar tarjeta pero viene un Hombre de atrás y le pasa el brazo por adelante) ¡Que son todos pelotudos, che!
¿No ven que dice “SIN—CONTACTO”? Manga de ignorantes deben ser...
HOMBRE DE
ATRÁS. — Bueh, bueh… A ver si se
corre, por favor…
SEÑOR. — Así somos, ¿eh? Así somos. Uno quiere hacerle un
favor a la gente y no, no hay con qué darle. El boludo quiere ser boludo no
más, ¿eh? (El Hombre de atrás marca igual
y pasa de largo.)
JOVEN DE
TRAJE. — Señor, ¿me permite?
SEÑOR. — ¿Si te permito qué, pibe?
JOVEN DE
TRAJE. — Marcar el…
SEÑOR. — ¿Pero no ves que es sin contacto, pibe? Si
marcás sos igual de boludo que aquél ese de allá, y esa que se hace la mona. (Señala a la señora de las bolsas y al Hombre
de atrás.)
JOVEN DE
TRAJE (sonríe nervioso). — Está bien, señor, está bien… ¿Me deja pasar,
por favor?
SEÑOR. — Será posible… Al final sos el más boludo de
todos vos, pibe. Vos me lo leíste hace un rato, ¿o no fuiste vos?... Con esa
cara de pelotu…
COLECTIVERO. — Si no quiere marcar, no marque, señor. Ahora sí,
siéntese y deje marcar a los demás. Vamos, vamos, siéntese y deje marcar a los
demás pasajeros.
SEÑOR. — “Siéntese, siéntese”. ¿Para qué querés que me
siente, che? ¡Estamos todos locos, te digo! Me venden esta tarjeta que encima
es bien de mina, que dice "sin contacto” y quieren que la ponga contra la
maquinita esta y…! Así andamos, después, eh... Así estamos, che…
JOVEN DE
TRAJE. — Le pido permiso…
SEÑOR. — Pedíme lo que quieras menos guita. Así decía mi
nona…
(El Joven
de traje marca su boleto. Se dispone a
sentarse cuando el viejo se lo arranca de la mano.)
SEÑOR. — ¿Así que esto larga la maquinita? Mirá vos… ¿A
ver, a ver qué dice? (Mofándose.) ¡Ah,
claaa! La fecha, y sí. ‘Ta bien. Después no sabemos ni dónde estamos parados,
ni en qué día vivimos... (Mirando al
Joven de traje.) Igual, los días son todos iguales, pibe, una reverenda cagada.
JOVEN DE
TRAJE. — Si me permite el boleto,
señor…
SEÑOR. — A ver, 'perá... Acá dice "NORMAL". ¡Juaaaa,
"NORMAL”! Che, pibe, ¡la maquinita te dice que sos “NORMAL”! (Le da una palmadita en la espalda.)
Pobre pibe, con esa cara y normal, te dice… Mirá vos...
(El Joven
de traje no dice nada pero tiene los
cachetes rojos.)
COLECTIVERO. — (sonando
autoritaria) Señor, ¡señor! Sí, usted. ¿Me oye bien? (Lo mira por el retrovisor.) Me escucha, ¿no? Siéntese. Usted, sí,
sí, no se señale que ya está grande para estas cosas. Vamos, siéntese, hágame
el favor. Vamos que tengo que arrancar yo.
SEÑOR. — (encogiéndose
de hombros) Y arrancá, vos, ¿qué te hacés el galán mirándome por el espejo?
Arrancá, dale. Andá que estoy apurado yo también. (Se sienta un momento. Se
para. Se dirige a una mujer que está por marcar tarjeta.) No marque, mujer,
no marque. Acá lo dice, ahora es sin contacto la cosa. Cambió hace poco, por
eso… Los otros son todos unos ignorantes boludos que marcan igual. Pegan la
cosa ahí y le dan derecho no más.
(La
mujer se ríe, marca y pasa.)
SEÑOR. — Las mujeres son las peores al final… Y bueh… Che,
mejor voy a probar yo también. A ver qué se siente ser tan boludo… (Saca de nuevo la tarjeta y está por
presionarla contra la máquina cuando ve a una embarazada que acaba de subir.)
Che, piba, vení. Marcá vos que estás con el bombo. (La joven lo mira.) Bueno, ahora sí, eh… A ver, ahí voy, eh... (Presiona la tarjeta contra la parte superior
de la máquina. El colectivo entero está mirando. No pasa nada.) ¡Pero, che!
¡Será posible! Justo a mí… No larga más el papel esta máquina de porquería…
EMBARAZADA. — Es que va más abajo, señor.
SEÑOR. — Sí, más abajo, sí… Gracias, querida, gracias…
¿Qué estás, de seis vos?
COLECTIVERO. — Le voy a pedir que se baje, señor, ahora sí.
Bájese, vamos, bájese.
SEÑOR. — Eeeeh, pero si no pasa nada… Voy a marcar,
tranquilo, voy a marcar… (Presiona la
tarjeta contra la etiqueta. Un láser rojo y brota el boleto.) Ya está, ya
está… (Controla el boleto.) Sí. Dice
“NORMAL”. (Mira el dorso de la tarjeta.)
Che, ¿y esto qué es? ¿El número de quejas, eh? Ahora vas a ver, galán, voy a
llamar, vas a ver... (Mira atrás y lo ve
parado al Joven de traje. Le saca el
celular de la mano y empieza a discar.)
JOVEN DE
TRAJE. — Señor…
SEÑOR. — 'Peráte que ya termino… Dos, cuatro… Cero, cero,
cero…
JOVEN DE
TRAJE. — Eh, señor…
SEÑOR. — ¡Mierda que es largo este, eh!
JOVEN DE
TRAJE. — Es que ese número no es…
SEÑOR. — Cobro revertido, debe ser. ¿Qué querés, que te
pague la llamada? Ahora te la pago la llamada. Yo no sé, che, estos aparatos…
Ayer el pibe del locutorio me dijo que le debía dos mangos. Dos mangos, ¿a vos
te parece? No es nada dos mangos hoy en día. Dos mangos…
JOVEN DE
TRAJE. — Ese no es un teléfono,
señor. ¿Entiende?
SEÑOR. — ¿Ah, no? ¿Y cómo le decís vos a este aparatito?
(Señala el celular que tiene en la mano.)
JOVEN DE
TRAJE. — No, sí, eso sí es un
teléfono. Yo le decía…
SEÑOR. — Sí, dale. Y te salió “NORMAL” a vos, andá…
JOVEN DE
TRAJE. — Yo me refería…
SEÑOR. — Che, pará. ¿En qué calle estamos? ¿Santa Fe? ¿No
es Santa Fe, ésta?
JOVEN DE
TRAJE. — (mareado) Eh… Sí, sí, es Santa Fe.
SEÑOR. — Uh, me tenía que bajar acá, ¡qué pelota
cuadrada! Todo por hablar con vos, pibe, ¿viste? ¡Eh, colectivero, eh! ¡Pare,
pare! ¿No me escucha? ¡Pare, por favor, le digo, eh!
COLECTIVERO. — ¡Paro en la próxima!
SEÑOR. — Pero, será posible, che... ¡Ni respeto ya, ni
eso! Así estamos después, así estamos…
COLECTIVERO. — (lo
disfruta) Y hay que andar más atentos, señor… Esto no es un taxi, ¿sabe?
SEÑOR. — Reíte no más, vos, reíte de un viejo que podés…
(Al Joven de traje.) Todo por hablar
con vos, viste… (El Colectivero está llegando a calle Rioja.) Bueno,
pibe. Un gusto igual, eh. Aunque no sé, yo que vos no le creo al boleto cuando
te dice “NORMAL”. Bueh, qué se le va a hacer… Que andes bien, pibe… A ver… A
ver… (Se acerca a la puerta delantera del
colectivo, agarrándose como puede.)
JOVEN DE
TRAJE. — ¿Quiere que lo ayude?
SEÑOR. — ¿Y a vos qué te parece? “NORMAL”, ¡pffff!
(El joven le
presta el brazo y se vuelve a su asiento sintiendo que acaba de efectuar un
acto heroico. “Ayudé al viejo loco a bajar. Nadie más se animó ni a tocarlo,
salvo yo. Todos quedaron para el culo, pero yo fui todo un señorito inglés, ¡un
caballero “extra-large”! (Ríe para sus adentros.) Y sí, la vida es una rueda,
hoy por ti, mañana por… Me parece que hoy la engancho a la
Mari. Hoy le compro flores o alguna de esas
boludeces. Ya está, hoy me dice que sí para el casorio. Primavera, flores,
buenas acciones… Un vinito… Mejor la voy a llamar. La voy a llamar así esta
noche la invito a co—ay, ay, ay, el celular… ¡Pero la puta madre, viejo del
orto, el celular! La recon... ¡No,
no, no, no, no, no! Viejo choro, ¡me robó el celular! Las fotos, los contactos,
¡la puta que lo parió! Viejo choro, ¡mi celular! ¡Mi celular!)
JOVEN DE
TRAJE. — ¡Ey, ey! ¡Pare, por favor!
¿No me escucha? ¡Pare, eh, pare le digo!
COLECTIVERO. —“Encima de
gil, flor de pelotudo…” Bajáte vos, dale bajáte vos también, Frank Sinatra.
(Frena, se levanta y lo agarra del traje.)
Bajáte ahora mismo, te digo. Dale que llamo a la policía y los agarran a vos y
a tu viejo, dale.
JOVEN DE
TRAJE. — ¿Eh? ¿Qué, qué? ¡No era mi
viejo, me robó el celular!
COLECTIVERO. — Dale, dale… Te creés que
no me dí cuenta… Bajáte ya mismo, Sinatra, ¡dale! (Lo saca del colectivo.) A ver si encima es contagioso…
(Pasajeros: Aplausos.)
-.TELÓN.-
Absurdo pero tan real como la vida misma. Cada cosa puede pasar arriba de un colectivo... Es cuestión de subirse seguido y "dejarse llevar".
ResponderBorrarGenial. Como siempre, me encantó leerte, locurita. Estuve en ese colectivo ;)
ResponderBorrar¡Muchas gracias, LBI! =) Me encanta tu seudónimo.
ResponderBorrarQue buena historia. Es cieto, siempre te encontrás con cualquier cosa en el colectivo jajajaja. Genia Delfi!!!
ResponderBorrar¡Recién veo tu comentario, Lau! Gracias, se viene otro próximamente...
ResponderBorrarMe encantó!!! xD Maite.
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