15 octubre 2012

Obituario

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“El sol acarició mi faz.  ¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!” 
A. Nervo
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Domingo,14 de octubre de 2012.-
A mi querido abuelo Marcial,
a quien recordaré como un profesional excelente,
el médico más poeta que he conocido, el clínico más humano que
haya pisado suelo rosarino, el abuelo con quien compartí, 
en mis años de adolescencia tardía, tantas charlas 
sobre música, literatura y sobre la vida TODA.
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El 14 de enero de 2011 De Artículos y Revisiones tenía el honor y el placer de publicar la primera entrevista al médico rosarino Dr. Marcial J. Hernández, publicación que se tituló, tal como lo merece, Dr. Marcial J. Hernández: vida de un ejemplo y obra de un gaucho.

Hoy, a dos semanas de su partida, De Artículos y Revisiones presenta algunos fragmentos de aquella humana ENTREVISTA hecha a un médico que, además de médico, ha sido siempre un ser humano:

Nada vemos, nada sabemos, nada podemos sospechar de nuestro futuro: oculto porvenir, señores, cuyo velo sólo lo descorre el Señor de lo que fue, de lo que es y de lo que será... 
En Discurso de fin de ciclo escolar, año 1942. Escrito y pronunciado por Marcial J. Hernández.
No me olvido nunca de dónde vengo, y eso es mi mayor orgullo. Vengo de un hogar humilde, y nunca me olvidé. Por eso sé lo que es estar en una asistencia pública con un flemón, esperando la atención del médico, y salir el médico y decir: "No hay más turno. Atiendo en mi casa a las tres de la tarde". Y no había cinco pesos para ir a la casa del doctor. Y el flemón se me abría solo. Siempre dije, "Alguna vez, Dios mío, si Dios quiere, voy a llegar. Voy a atender a la gente que no puede".
En [...] ¿Cómo fue su infancia en su ciudad natal [Santa Fe]?
Hacía cinco años que era médico. [...] Se abrió un concurso en John Deere. No lo gané. Lo ganó un tal Arredondo. Recuerdo que tuvo un problema con Ovidio Torres, gerente de Recursos Humanos de John Deere. Y tener un problema con Ovidio Torres era prácticamente encargar la mostaja. Se abrió el concurso por segunda vez. Un amigo le decía a Ovidio Torres: "Yo le voy a traer a un gordito que no lo va a defraudar". Corría el año 1960, y Torres me dijo: "Doctor, vamos a ver si a usted le conviene la empresa y si a la empresa le conviene usted". Estuve a prueba durante un mes. Me había anotado en todas las Cruces para hacer las guardias. El carrito de la leche y yo andábamos por las calles de Rosario [...]
En ¿Cómo llega a trabajar en la multinacional John Deere?
A los siete u ocho años de estar trabajando en John Deere vino un ejecutivo de Estados Unidos y me invitó a vivir en Estados Unidos. Yo me quedé anonadado. Para Illinois. "El director se jubila y hemos pensado en usted". El hecho de que yo llevaba bien "the union" (el sindicato)... Yo estaba preocupado, y le dije a mi mujer, "¿Qué te parece? ¿Tenemos derecho a trasplantar tantas vidas?", pensando en mis hijos. Ya pasaba por el Parque Independencia y le decía, "Arbolito... No te voy a ver más". Uno en el fondo, es latino. Entonces le pregunté: "Allá, después del consultorio de la empresa, ¿voy a poder ocuparme del mío?" "No, doctor. Usted después del consultorio de la empresa va a tomar los palos de golf".


Los médicos de mi época hacíamos pasar a un paciente y nos metíamos en la vida del paciente. ¿Era casado? ¿No era casado? ¿Tenía algún problema...? El hombre es un ser psico-somato-social. No es un pedazo de carne y hueso, nada más.
[...]
Ahora, hacen una receta, y le dicen, "Traiga la receta. Así veo lo que le dí cuando venga".
En [...] ¿Cree que los valores de hoy contrastan con los de su época?
[...] Yo daría parte de mi vida por volver a atender la gente. [...]¿Cuántos hay como yo en silla de ruedas, que desean hacer algo? Sería muy distinta la calidad de vida mía si pudiera atender allí, en el consultorio médico... Porque estoy actualizado. Recibo revistas médicas. Tengo el orgullo— tal vez, super-orgullo—de que todavía vengan pacientes y me traigan radiografías, me muestren análisis, me pregunten si toman esto o lo otro... Bueno, lamentablemente la ley es la ley. Espero que algún día, los que vienen atrás, que les den la oportunidad de practicar la profesión más dulce y divina que hay en el mundo: vivir para ayudar. En fin.
En [...] ¿Cómo se lleva con la tecnología?
Humanismo más tecnicismo, excelencia. El paciente tiene sed de piel [...] prestarle el oído...
 En conversación, septiembre de 2012.





2 comentarios:

  1. Hermosa nota Delfi. Hermosa la poesía. Antes de leerla reviví el momento de la muerte de mi abuelo culpa de Downton Abbey y leer esa poesía me emocionó muchísimo.

    Muchas gracias por escribirla.

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